Con la evolución de la demencia aparecen dificultades cada vez más graves que afectan a la persona en el desempeño de las actividades cotidianas y le hacen dependiente de su cuidador/a/es. En este momento la mejor forma de tratamiento es que el cuidador/a sepa cómo apoyarle y atender sus dificultades cognitivas, físicas, emocionales y funcionales. Es recomendable que tenga un plan de actividades de ocio y terapéuticas que le mantenga activo y le aporte satisfacción y bienestar. Estos son algunos ejemplos de actividades recomendables:
Planes de paseos, caminar entre 15 y 20 min dos veces al día (una por la mañana y otra por la tarde)
Planificar cada día y anticipar este plan a la persona con demencia para que esté preparado/a a lo que va a hacer, de esta manera reduciremos la incertidumbre y en consecuencia las alteraciones de conducta, será más colaborador/a
Realizar ejercicios de atención sostenida, pintar mándalas, sopas de letras o cuadernos específicos
Fomentar el lenguaje haciendo hojas de palabras que empiecen por una letra o que pertenezcan a una categoría
Ayudarle a orientarse cada mañana: en el día de la semana, en el mes, si es el inicio o finales del mes, en la estación del año, en el tiempo que hace, dónde está, qué ha hecho hasta ese momento, el año y los datos relevantes del momento actual
Escuchar música y tener rutinizado escuchar cada día unos 20 min de una música agradable para la persona
Siempre que no esté contraindicado, es conveniente realizar un poco de ejercicio aeróbico al día, por ejemplo bicicleta estática o pedaliers
Tener una actividad de ocio de acuerdo con los intereses de la persona establecida de forma rutinaria: por ejemplo, el domingo va o ve la misa o los miércoles de cine o película en casa
Hacer juegos cognitivos divertidos en familia como tangram, dobble o jungle speed
Fomentar el uso de agendas y calendarios
Estos son algunas de las actividades que se puden incluir pero en circunstancias ideales estas deben estar planificadas y supervisadas por neuropsicólogos.

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