Los pacientes con un profundo déficit de memoria pero sin otros déficits cognitivos, así como los pacientes con pequeños déficit en varias áreas cognitivas pero sin deterioro funcional, no reúnen criterios para poder ser diagnosticados de demencia.
Se considera que estos pacientes padecen Deterioro Cognitivo Leve – DCL, (también conocido por sus siglas en inglés, MCI, por Mild Cognitive Impairment). Este Deterioro Cognitivo Leve constituye un estado transicional entre el envejecimiento normal y la demencia incipiente.
Para llegar a un acuerdo sobre lo que es el DCL se plantean criterios diagnósticos distintos. Los más utilizados son los de Petersen y cols (2008):
Debe existir compromiso de la memoria, confirmado por un familiar
Ese deterioro es más del esperado para su edad (evidenciado a través de las pruebas neuropsicológicas)
Las funciones cognitivas no afectadas se encuentran dentro de la normalidad para la edad de la persona
Realiza con autonomía las actividades básicas de la vida diaria
No cumple criterios diagnósticos para demencia
La tasa de conversión anual de DCL a enfermedad de Alzheimer es entorno al 15% (con una variablidad entre los estudios que va del 6% al 25%).
Algunos autores clasifican el DCL según la función cognitiva alterada: DCL amnésico (suele evolucionar a Enfermedad de Alzheimer), DCL con otras funciones cognitivas alteradas además de la memoria (puede evolucionar a Enfermedad de Alzheimer, demencia Vascular u otra demencia) y DCL sin alteración de la memoria (puede evolucionar a demencia frontotemporal o demencia por cuerpos de Lewy). La memoria es la función más evaluada en los casos de sospecha de DCL. Esto es así porque en el DCL de tipo amnésico y posible demencia tipo Alzheimer incipiente, las regiones cerebrales que primero se afectan son las áreas entorrinal, perirrinal y el hipocampo, regiones implicadas fundamentalmente la consolidación de los recuerdos de la memoria declarativa.
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